El día de los inocentes es una fecha en la que se suelen hacer bromas a los amigos y familiares, pero también tiene un origen trágico relacionado con el cristianismo.
Cada 28 de diciembre se celebra el día de los inocentes, una tradición que tiene sus raíces en un episodio bíblico: la matanza de los niños menores de dos años nacidos en Belén, ordenada por el rey Herodes para eliminar al Mesías.
Según el evangelio de Mateo, los reyes magos engañaron a Herodes y no le dijeron dónde estaba el niño Jesús, que logró escapar con su familia a Egipto. Sin embargo, muchos otros pequeños fueron asesinados por los soldados del rey, y se les conoce como los santos inocentes.
Con el paso del tiempo, la fecha se resignificó y se convirtió en un día para hacer bromas a quienes pasan por “inocentes”. En España y en Hispanoamérica, es común gastar chistes, travesuras o engaños a los más crédulos, y luego decirles “que la inocencia te valga” o “inocente palomita que te dejaste engañar”.
Algunas de las bromas más populares son las que se hacen por WhatsApp, las que se publican en los medios de comunicación o las que se representan con un muñeco que simboliza a los niños mártires.
Así, el día de los inocentes es una jornada que mezcla la risa y el llanto, la alegría y el dolor, la burla y la compasión. Una forma de recordar que la vida tiene sus luces y sus sombras, y que hay que saber reírse de uno mismo y de los demás, pero sin olvidar el respeto y la solidaridad.
¿Y tú, ya hiciste alguna broma o te la hicieron?
